Este  probablemente es uno de los interrogantes más cruciales que tenemos en nuestras vidas. Además, normalmente es una de las inquietudes, o dudas, o incomprensiones, que más pueden darle o quitarle sentido a nuestras vidas. La pregunta es clara: ¿Se puede o no se puede ser feliz teniendo que cargar tanto sufrimiento? Es una pregunta que a todos nos toca responder, pues, en la medida que vamos envejeciendo, pareciera como si cada vez más cruces tuviéramos que cargar.

No es mi deseo simplificar las cosas, pero la respuesta – por lo menos, lógicamente – no es difícil. ¡Claro que sí! Sí es posible ser feliz, más allá del sufrimiento que nos toque en la vida. Digo que la respuesta es clara, pues si no fuese así, entonces nadie podría ser feliz, pues todos tenemos cruces que cargar. Vale la pena decir… sería algo absurdo creer que nacimos para ser infelices. Es decir, creer que no existe la felicidad, aún en esta vida llena de cruces y dificultades, es un sin sentido. No podemos aceptar la idea – como lo hicieron y lo hacen muchos filósofos y psicólogos – que nacimos para ser unos frustrados. Que nacimos para morir. Que la vida no tiene sentido, y, por lo tanto, hay que contentarse con lo “bueno o malo” que “Dios mediante”, le toque a cada uno.

Si aceptamos ese presupuesto, entonces la pregunta, más bien sería otra: ¿Cómo se puede ser feliz, aunque tengamos que cargar pesadas cruces? Digo “pesadas” cruces, pues la cruz que le toca a cada uno cargar, para uno es pesada. Podemos comparar distintas “cruces” y los sufrimientos consecuentes, y efectivamente, hay cruces más pesadas que otras. Pero no olvidemos de un famoso dicho popular: “Nadie recibe una cruz más pesada de la que puede cargar”. Por lo tanto, cada uno tiene la cruz que le toca. Y cada uno tiene la capacidad necesaria para cargar esa cruz. Para él, esa cruz es pesada.

A la pregunta hecha, lo primero que debe estar claro, es que existe una respuesta. Existe un camino, o mejor dicho, una manera de cargar mi cruz, por el cual podemos encontrar- como dice otro dicho – “una luz al final del túnel”. El camino no es fácil, encontrar la respuesta no es fácil. No se trata de una fórmula mágica, o algo que puedo comprar a la vuelta de la esquina. Se trata de aprender a vivir la vida. Me explico mejor. Así es la vida de los seres humanos. Nuestras vidas están, infelizmente, marcadas por el dolor y sufrimiento. Tenemos muchísimas alegrías, momentos de gozo, situaciones de realización y júbilo personal. Encontramos la persona con quién pasar el resto de nuestras vidas y mucho más. Pero no podemos negar la existencia del otro lado oscuro de nuestra vida. No quiero ser simplista. Pero así son las cosas. Así es nuestra vida: llena de alegrías y dolores. Con sus luces y sombras. Está en cada uno descubrir la manera de vivir, a fin de darle sentido al sufrimiento. Esto del sentido es fundamental. La felicidad depende del sentido que le encontramos a la vida. Por lo tanto, si somos capaces de darle un sentido positivo al sufrimiento – aunque suene paradójico – entonces podremos encontrar la felicidad en medio al dolor.

Si nos entendemos hasta aquí, entonces dejo una pregunta abierta, como un reto, para que cada uno piense, y se tome en serio la búsqueda de una respuesta auténtica: ¿Cómo podemos darle sentido al sufrimiento? Tratando de esbozar un principio de respuesta… si nos cuesta tanto a nosotros, simples mortales, darle sentido al sufrimiento…. ¿no será que necesitamos alguien que sí tiene una respuesta para el misterio del sufrimiento? ¿No será que buscamos refugios, escondites o maneras de esquivar ese lado oscuro de nuestra vida? Cada uno lo hace a su manera… ¿no habrá llegado la hora de que pongamos la confianza y el sentido de nuestra vida en Alguien, un Amigo, un Hermano que sí tiene una respuesta para esa interrogante? Dejo la pregunta abierta… busquemos con apertura y honestidad esa respuesta.

 

Pablo Augusto Perazzo

Pablo nació en Sao Paulo (Brasil), en el año 1976. Vive en el Perú desde 1995. Es licenciado en filosofía y Magister en educación. Actualmente dicta clases de filosofía en el Seminario Arquidiocesano de Piura.
Regularmente escribe artículos de opinión y es colaborador del periódico “El Tiempo” de Piura y de la revista "Vive" de Ecuador. Ha publicado en agosto de 2016 el libro llamado: “Yo también quiero ser feliz”, de la editorial Columba.

View all posts

Add comment

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *