Todos queremos vivir de la mejor manera posible. Para manejar mejor este interés empecemos compartiendo en primer lugar algunas inquietudes que tenemos acerca de la vida. Cosas del día a día que exigen un mínimo de actitud reflexiva. Aunque muchas personas digan que no saben filosofar, la verdad es que todos tenemos una “filosofía” de vida. Las actitudes personales que tenemos, las decisiones que asumimos, las preferencias que tenemos responden a una “filosofía personal”.

La famosa pregunta que hace Pilato a Jesús, poco antes de su muerte: “¿Qué es la verdad?” ilumina directamente lo que hacemos en distintas circunstancias de la vida. Las decisiones que tomamos implican una toma de postura y hacen que sucedan distintas cosas en la vida. La respuesta que podamos dar a la pregunta de Pilato es fundamental para todo lo que sucede en nuestra vida. Primero vemos la situación, luego juzgamos lo que sucede de acuerdo con la verdad que manejamos, y finalmente actuamos regidos por ese juicio. Por lo tanto, los sucesos y los hechos de nuestra vida no son algo del azar, sino de la manera como nosotros pensamos.

La primera mirada de la realidad es fruto de la admiración o asombro que nos causan las distintas situaciones. Ese asombro nos lleva a construir poco a poco una manera de vivir, que tiene como eje tres grandes preguntas: ¿Quién es Dios?, ¿Qué es el Mundo? y ¿Quién soy yo? Las respuestas a esas preguntas definen lo que sucede en nuestras vidas. Aceptar que existe y puedo conocer la verdad, fundamenta una manera de vivir y origina una serie de sucesos, que tienen como raíz esa comprensión de la realidad.

Además, así como tenemos una “filosofía personal”, también el mundo tiene sus propias aproximaciones a la realidad que influyen positiva o negativamente en la manera como nosotros vivimos. Dejarse llevar inconscientemente por las ideas del mundo no nos ayuda. Forja en nosotros una forma de pensar que tiene como contrabando una cultura de muerte que apoya el aborto, la ideología de género, los matrimonios homosexuales, la educación liberal de nuestros hijos, y muchas otras cosas que en vez de ayudar a tener una vida llena de valores que nos humanice, nos condiciona cada vez más a negar la capacidad que tenemos de encontrar el sentido de nuestras vidas, siendo simplemente una pieza más en la masa de la sociedad.

Por ello es fundamental una conciencia clara y bien formada que nos ayude a comprender el mundo en que vivimos, que nos ayude a conocernos personalmente, y todo esto iluminado por la relación que tenemos con Dios. Esto nos ayuda a tener un señorío personal y así elegir lo que sucede en nuestra vida. Obviamente hay sucesos que sobrepasan nuestras capacidades, pero por lo menos entenderemos un poco mejor las razones por las que suceden esas cosas. Si tenemos una postura clara y definida es mucho más difícil que seamos influenciados ciegamente por los criterios equivocados que la cultura actual quiere imponernos.

Si queremos salir de la masa y hacer la diferencia, aportando a la auténtica comprensión del hombre, de Dios y del Mundo, para una transformación positiva de nuestra vida y la de los demás, debemos “nadar contra corriente”. La cultura actual tiene muchos criterios que degradan el valor del ser humano, llevándonos a regir la vida con intereses mezquinos y rastreros, como son la economía de consumo, materialista, del placer sin límites, que busca el poder de forma desordenada. Esforcémonos por vivir una correcta “filosofía personal”, y no que el mundo nos imponga su manera de pensar.

© 2016 – Pablo Augusto Perazzo para el Centro de Estudios Católicos – CEC

Pablo Augusto Perazzo

Pablo nació en Sao Paulo (Brasil), en el año 1976. Vive en el Perú desde 1995. Es licenciado en filosofía y Magister en educación. Actualmente dicta clases de filosofía en el Seminario Arquidiocesano de Piura.
Regularmente escribe artículos de opinión y es colaborador del periódico “El Tiempo” de Piura y de la revista "Vive" de Ecuador. Ha publicado en agosto de 2016 el libro llamado: “Yo también quiero ser feliz”, de la editorial Columba.

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