Oye Jesu, pero si quieres conocer a alguien tienes que… no sé, ampliar tu círculo de amigos, no sé…

Ya lo hice.

Y, ¿has ido al gimnasio?

O sea… voy 3 veces a la semana.

Ah… mira…

… En verdad, estaría eternamente diciendo todos los hobbies que he inventado para conocer gente.

Les voy a contar mi experiencia, ¿ya? El cómo ha sido esta… esta cosa de búsqueda de pareja, largo en mi vida, digamos.

La verdad es que hubo un minuto en que, de verdad, yo estaba, super angustiada, porque efectivamente, pucha, las he hecho todas… o sea,me metí a clases de no sé qué cuestión,me metí al gimnasio, me metí a estas aplicaciones famosas,he conocido caleta de gente…pucha, me he abierto a nuevas experiencias, he salido con gente diferente que piensa distinto a mí, ¿qué no he hecho en realidad?

Llegó un minuto en que, de verdad, me bajó una angustia terrible,porque yo decía: A ver…yo tengo claro que Dios plantó en mi corazón esta semilla de estar en pareja y finalmente formar una familia, ¿ya? Algo que lo tengo claro hace demasiado tiempo,ya lo discerní y no, no voy a entrar en eso. Entonces, bueno,si de verdad tengo esta vocación…¡Por qué no me resulta! Bueno, ¡y me amurré! Y estuve un mes, dos meses, amurrada, enojada… o sea, mi cama, Netflix, papas fritas, sushi… engordé, por supuesto… etc, etc. Pero amargada, amargada. Triste sobre todo, esa era mi sensación…triste, me dolía el alma, porque yo decía: Señor, ¿por qué? A ver ¿por qué?… si esto es lo que quieres para mí… bueno, ¡ya po! ¡Para!…y me enojé po’, me enojé… me enojé bien enojada… sí, me enojé y me enojé.

Y entonces, en algún minuto dije: Claro, yo soy una mujer de armas tomar, efectivamente, yo he tomado las riendas de mi vida siempre y yo he hecho todo lo que tengo que hacer.

Y de repente, de verdad, tuve una luz…Dios se hizo cargo y tuve una luz y me dijo: “¿Oye? ¿Y vas a dejar que yo haga algo? ¿O no?… no sé, te pregunto ¿ah?”. Y eso es lo chistoso, es que me preguntó, así como: “¿Vas a dejar que yo haga algo?”.

Y dije: Uuuh, ¿whaaat? ¿En serio? ¡Obvio po!¡Obvio que Él tiene que hacerse cargo, no yo! Él va a hacer mucho mejor las cosas que yo, en el fondo,sabe lo que me gusta, lo que no me gusta,sabe lo que me va a hacer bien, lo que no me va a hacer bien. Y dije: Qué torpe, en verdad qué torpe, por qué no lo habia dejado hacer a Él las cosas.

Ahora, yo les voy a decir,esto no ha sido un camino fácil, porque a las personas que nos gusta llevar las riendas de la vida, pucha, nos cuesta soltar esta cuestión a Dios… o sea, a cualquier persona…más todavía a Dios. Y ha sido un proceso en donde he podido soltar lo que he podido soltar.O sea, de verdad que les digo, háganlo a su forma. Yo igual le sigo hablando a cierta gente, igual sigo proponiendo ciertas cuestiones y todo, pero también confiando en la promesa de Dios. Y de verdad, que la cosa ha cambiado. Yo, de a poco, empecé a sentir paz, empecé a sentir calma, empecé a sentir que Él se iba a hacer cargo en algún minuto. Y ya con sentir paz, mi visión hacia este tema, ha cambiado.

Los invito a de verdad, dejarse tocar por Dios, que Dios se haga cargo en su vida amorosa y así van a sentir esta paz enorme que

yo siento en mi corazón hoy día ante este tema amoroso.

Oye, ¿esto te pasa también a ti? Bueno, cuéntame, en una de esas podemos compartir experiencias y tu puedes aprender de mí y yo puedo aprender de ti, sobre todo, por favor.

Así que cuéntame para ver cómo podemos aprender juntas. ¡Chao!

María Jesús Vacarezza

María Jesús es Periodista y Licenciada en Comunicación Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile y durante toda su vida profesional ha servido en diversas instituciones sociales como son TECHO, Fundación Paréntesis y Fundación Trabajo para un Hermano.

Además ha participado en proyectos sociales como son Misión País, Trabajo País, Misión de Vida, entre otros y vivió una experiencia comunitaria durante 11 meses en la Población La Bandera de Santiago de Chile.

View all posts

Add comment

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *