Me invitaron a ver la película “Extraordinario” que está en los cines. Y la verdad es que nunca pensé, que me iba a encontrar con una película que hablara del bullying.

Esta película me ayudó mucho, porque uno puede recoger en ella varios aspectos respecto al bullying.

Está el bullying en las redes sociales también. Yo no habría querido vivir en este tiempo en el colegio, porque no sé si habría soportado que me hicieran bullying. Lo más difícil cuando tú has sido víctima de bullying es, tratar de seguir tu vida y perdonar a esas personas. Porque lo único que uno quiere es poder retroceder el tiempo y poder decirle las cosas que no te atreviste a decir, ahora, con la madurez actual. Enfrentar las cosas distinto. Y no se puede. No se puede ir el tiempo atrás. Aprender a aceptar esas cicatrices que todos tenemos. Y eso es una riqueza en esta película. En que se muestra que no solo este niño tiene cicatrices en su cara, sino que su hermana lleva cicatrices invisibles en su corazón. Su madre, habla de las arrugas que ella tiene por todo lo que ha vivido. Entonces, probablemente, nunca se borren esas cicatrices.

El segundo aspecto que me llamó la atención de esta película, es el título que lleva… no por nada se llama ¨Extraordinario¨. Yo le daba vuelta a eso, y llegué a la conclusión de que lo extraordinario era que estas personas que han sufrido lograban, por un momento, dejar de mirar sus propias cicatrices y miraban al otro. Y cuando salían de su ensimismamiento y veían el dolor, simplemente querían darse por amor. Y entonces cuando tú te das por amor, negándote a ti mismo en cuanto a tu dolor, a tu sufrimiento, por ayudar a ese otro, para que él no sufra como tú has sufrido. Y ese tipo de actos, suceden todos los días.

Algunos Santos lo han dicho: “Hacer de lo ordinario, algo extraordinario”. También lo ha dicho el Papa Francisco: primerear en el amor, adelantarse al amor, darse, ser expertos en el amor.

Es que una persona que ha sido víctima de bullying, ha sufrido mucho y lleva muchas heridas. Y por tanto, tiene una sensibilidad, pienso yo, especial, para comprender a aquellos que también han sufrido lo mismo.

Y por tanto, si Dios lo ha sanado deben hacer naturalmente ayudar a otros para salir adelante de esa situación.

Te invito a ver esta película, con esos ojos… con otros ojos. Para que tú también, en tu propia realidad, puedas descubrir que no solo tú tienes heridas y seguramente te duelen mucho… a mí me duelen también. Créeme que me duelen, no lo tengo cien por ciento resuelto… le pido a Dios que me sane. Pero a no quedarte ahí, sino que mirar al otro distinto, como Dios lo mira y entregarle tu amor para que el otro no sufra lo mismo.

Carolina Requena Durán

Carolina es periodista y se ha especializado sirviendo en diversas instituciones de Iglesia como la Conferencia Episcopal de Chile, Radio María y ACI Prensa.

Además fue corresponsal para Latinoamérica del canal EWTN donde estuvo a cargo de las coberturas en vivo de visitas papales.

Actualmente es Directora Editorial y de Contenidos del CEC (Centro de Estudios Católicos) y además es Directora y guionista de la serie de documentales www.tesorosdelpueblo.com

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