De hecho, todos conocemos más de un caso donde hay violencia entre la pareja, ya sea de un hombre hacia la mujer o de la mujer hacia el hombre.

Cualquier hecho de violencia es repudiable y condenable, y debe ser castigado.

Sin embargo, ¿qué es lo que pasa para que lleguemos hasta un punto tal, en que podamos recibir un golpe o dar un golpe?

Normalmente, una relación violenta no aparece de la noche a la mañana. Y digo normalmente porque siempre se han dado pasos previos que han llevado a que una pareja pueda violentarse.

Y tenemos que ser muy cautos para detectar cuáles son esas señales de violencia, porque muchas veces pensamos que como nosotros en nuestro hogar hemos vivido ciertas conductas y hemos sobrevivido, son normales. Pero no es así.

Un hombre o una mujer, que golpean, no aparecen de la noche a la mañana como golpeadores. Normalmente, han tenido ya conductas con nosotros de agresividad.

Insulto es violencia, empujón es violencia, acoso es violencia, exigir nuestras contraseñas -bajo amenaza- de nuestras cuentas de correo, de Facebook o de redes sociales, es violencia.

Obviamente, el golpe es violencia. Amenazarnos con hacerle algo a nuestra familia es violencia. Condicionar ciertas conductas nuestras a alguna consecuencia, es violencia.

Y tenemos que darnos cuenta, antes de involucrarnos con alguien, si tiene rasgos de violencia.

Y normalmente, por ejemplo, una persona que toma mucho alcohol y que le dan estos famosos “diablos azules”, suele ser una persona violenta.

Por eso, existe un tiempo para conocernos antes de ser novios o enamorados y existe un tiempo antes de casarnos.

Y es en esos tiempos –que no pueden ser muy cortos- en los cuales nosotros conocemos las conductas de la otra persona, sus reacciones.

No podemos permitir que nos caiga un puñete en la cara, o que nos pongan una denuncia por ser nosotros los agresores, para hacer algo al respecto.

Identifiquemos las señales y no permitamos ningún tipo de violencia, ya sea verbal, psicológica o física.

También está en nosotros poner un alto a la violencia doméstica.

Giuliana Caccia Arana

Giuliana está casada y tiene dos hijos. Comunicadora social (Universidad de Lima) y Master en Matrimonio y Familia (Universidad de Navarra, España), es creadora de La Mamá Oca y autora del libro “Educación en serio. Reflexiones para ser los padres que nuestros hijos necesitan” (Ed. Planeta/Sello Diana). También es Directora del área de Familia del CEC.

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