Para muchos no es fácil admitir que estamos equivocados, más aún en el mundo de las ciencias en donde el ego de las personas tiene un papel importante.

Andrea Cesalpino fue un médico, filósofo y botánico italiano; nació en 1519 y falleció en febrero de 1603. Cesalpino llegó a ser profesor en la Universidad de Roma, la Sapienza, así como médico personal del Papa Clemente VIII.

Andrea aportó a la botánica un estudio minucioso de la morfología de las plantas señaladas en su obra “De Plantis”. En el ámbito de la medicina realizó grandes aportes con investigaciones sobre la circulación de la sangre llegando a obtener resultados antes insospechados. Su obra filosófica más importante es “Quaestionum peripateticarum” escrita en 1569.

En todo momento buscó defender los principios católicos en las diferentes esferas del conocimiento que desarrollaba, e incluso si llegaba a errar en alguna concepción, particularmente filosófica, se mostraba abierto a reconocer y enmendar cualquier postulado personal que pudiese ser contrario a la Revelación.

No es fácil aceptar nuestros errores y tener el coraje y la humildad para reconocerlos, pero Andrea Cesalpino nos enseña a ser personas integrales cuya motivación en el actuar no es la imagen ante los demás sino el servicio a la verdad y a las personas.

 

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