¿Qué te regalaron por Navidad? ¿El nuevo iPhone? ¿Un smartphone? ¿Una consola de videojuegos? ¿Alguna otra novedad tecnológica?

El fin de año siempre es una ocasión para revisar nuestra vida y para hacer propósitos de mejorarla. Y hoy te quiero invitar a revisar tu “vida tecnológica”.

¿Cuántas horas pasas frente a una pantalla? Seguro que 4, 6 o muchas más horas del día. Lo importante no es cuánto tiempo le dedicas a la tecnología, sino si te está robando espacio y tiempo de la verdadera vida. El mundo no es la pantalla, la realidad es mucho más que eso. Es compartir, es celebrar, es salir de ti mismo y entrar en comunión con los demás.

Especialmente los más jóvenes (niños y adolescentes) están en peligro de esa dependencia tecnológica:

«Las nuevas tecnologías representan para el adolescente una posibilidad de perderse en un mundo de fantasía para huir de la rutina cotidiana. De esta forma, se produce una paradoja: a través de las redes sociales y de Internet, los adolescentes no se muestran tal y como son en realidad, sino que muestran una imagen artificial de sí mismos (lo que muestra una baja autoestima).

La revolución tecnológica afecta de lleno a todos aquellos jóvenes que han nacido en la era virtual. Los adolescentes son los más vulnerables ante la adicción a las tecnologías.

Los cambios físicos y psicológicos que se viven en la adolescencia, convierten al joven en una persona más vulnerable a nivel emocional. Por esta razón, el adolescente puede buscar en ciertos momentos la seguridad que le falta dentro de sí mismo en las tecnologías.

El entorno familiar también influye en los hábitos que adquiere un niño. Existen padres que olvidan que la televisión no es una niñera inofensiva que cuida de los niños, sino un entretenimiento que tiene que ser puntual y controlado por un adulto.

Por otra parte, en algunos casos, la adicción a las tecnologías puede estar causada por un problema previo que tiene que ser detectado. Por ejemplo, la falta de amigos y la soledad, puede llevar al joven a refugiarse en las tecnologías» (1).

Aprovechemos este fin de año para hacer un alto en el camino y revisar nuestra actitud frente a la tecnología; no para dejarla como algo nocivo sino para darle su justo lugar en nuestra vida, priorizando siempre lo real, el encuentro, la amistad y la familia, por encima de la experiencia artificial que nos tienta a absolutizarla.

(1) Maite Nicuesa, Adicción a Internet y las tecnologías.

 

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