¡Oooh… la tremenda “caña”! ¿Cómo se dirá en Argentina? ¿Y en Perú? “Resaca”… creo, ¿o no? Una vez escuché que en Colombia decían: “¡Eeh! Estoy con guayabo” o “¡Estoy enguayabao!” Y en México, ¿cómo sería? “¡Órale! ¡Qué estoy con la cruda!”. Sin duda, el Año Nuevo es un momento muy importante, no solamente del año, porque termina y comienza el año, sino en la vida de cada uno de nosotros, es un momento de celebración.

Pero, es importante vivirlo bien y no hacer, simplemente, lo que todos hacen. Por ello, te quiero dar algunos criterios o consejos, para que puedas vivir un muy buen Año Nuevo.

¡Primero! Te recomiendo que tengas mucho cuidado con no caer en los excesos. ¡Sí! ¡En los excesos! ¿Por qué? Porque cuando nosotros caemos en los excesos, especialmente en los excesos del alcohol, terminamos viviendo, no según la razón y según lo que nosotros queremos en el corazón, sino hacemos muchas cosas que tal vez, no querríamos hacer o no haríamos si estuviésemos totalmente “en nuestros cabales”.

¡Segundo! No hagas cosas, que después, te vas a arrepentir. Un buen amigo me explicaba que hoy día se usa un término que me pareció, muy adecuado, que se dice, no solamente tener, como se dice en Chile, la “caña” física, sino tambíen, la “caña” moral. Eso quiere decir que al día siguiente, no solamente amanece descompuesto tu cuerpo, sino que también, moralmente, amaneces arrepentido por lo que hiciste ayer. Eso hay que evitarlo a toda costa y va unido al primer consejo que te di. Evitando esos excesos es la mejor manera para evitar hacer aquellas cosas que después nos vamos a arrepentir.

¡Tercero! Ten claro que para el cristiano, no está mal celebrar. Muchas veces nos olvidamos que nuestra fe, es una fe pascual, es una fe para estar alegres.

El Papa Francisco nos ha repetido muchas veces que “no hay que estar con cara de vinagre, con cara de funeral”. Y eso está muy bien y eso se aplica también para el Año Nuevo. Está bien celebrar, pero eso no quiere decir, que todo esté permitido. La vida cristiana se vive, tanto durante el año, como para el Año Nuevo y por lo mismo, la moral cristiana se debe vivir, especialmente en esos momentos claves, donde para muchos, todo está permitido.

¡Cuarto! Más importante que, ¿cuál es la mejor fiesta? Es, ¿con quiénes quiero pasar esta fiesta? Lo que hace significativo estos momentos de celebración, no es necesariamente dónde estuvo la mejor música o el mejor lugar o lo que fuera, sino especialmente con quiénes podemos compartir la alegría de una celebración así.

Por lo mismo, pregúntate, ¿con qué seres queridos, con qué amigos quieres pasar este momento? Y sobretodo, preocúpate en eso, en que sea algo que te haga bien, no solamente para tener un momento de distensión, sino, para que sea algo importante para tu corazón.

¡Y por último! No olvides que esta es una fiesta que, no solamente termina algo, sino con lo cual comienza algo. Y pregúntate con quién quieres empezar este nuevo año. Muchas personas no lo saben, pero el primero de enero es una fiesta muy bonita en la Iglesia católica, es la fiesta de María, Madre de Dios y por lo mismo la Iglesia nos invita a comenzar el año de la mano de la Virgen, de la mano de la Madre. Por lo mismo, te invito a que al comenzar este año, pienses en ella. Muchas personas, van a misa en la medianoche, pasan, justamente, el Año Nuevo en misa. Otros van a misa al día siguiente, dependiendo del país en el que estamos, es si es que es fiesta de guardar o no. Pero independientemente de que lo sea, yo te recomiendo, que vivas un momento especial de cercanía con Dios y con su Madre. Porque de la mano de Ellos, es que este año que comienza, va a ser un muy buen año.

Pregúntate, ¿quieres que este año sea con Dios o sin Dios? ¡Depende de ti! ¡Qué Dios te bendiga! ¡Y feliz Año Nuevo!

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