Debo reconocer que cuando comencé a ver este video no le tenía mucha fe… ¿Qué podría tener de interesante y novedoso el desafío de probar con los ojos vendados distintas cosas para comer y descubrir sus sabores? Seguramente hay trampa, pensé, porque el video tenía casi 7 millones de reproducciones en Facebook cuando lo vi…
¿Qué le dará a probar esta mujer? Ja! ¡Seguro algo asqueroso! Debo reconocer que sólo por esperar la cara agria de ese pobre hombre me quedé viendo…pero entonces…lo que pasó a continuación no me lo esperé…
Esta historia se podría haber contado distinto, sin mayores preámbulos, y también habría estado bien, no todos tenemos esa creatividad envidiable, pero en este caso esta mujer quiso hacer algo especial, para sorprenderlo.
Buscó hacerlo feliz, expresarle su amor, su cariño y su felicidad. ¡Y no contenta con eso, también lo compartió al mundo para que todos pudieran celebrarlo!
Seguro que ese momento quedará grabado en ellos como un recuerdo precioso que durará para siempre.
Es increíble darse cuenta como palabras y gestos ordinarios pueden transformar lo que nos rodea en algo extraordinario, dando a lo cotidiano un espíritu profundamente humano y enaltecedor.
© 2017 – Carolina Requena para el Centro de Estudios Católicos – CEC
Agregar commentario