Con 25 años de edad, viendo este vídeo, me dan ganas de llorar. Puedo sentirme identificado con la falta de amor por parte de mi padre y también con la falta de amor hacia mí mismo. Es justamente el ejemplo de nuestros padres el que queremos ver para ser mejores padres y aprender a amar como se debe.

En la actualidad muchos padres dicen que trabajan para que sus hijos tengan una buena educación,  por un mundo lleno de “cosas” que necesitan para ser felices. Yo escucho en mi círculo de amigos que todos quieren trabajar para que sus hijos tengan todo. Yo siempre pienso que la educación más importante viene del ejemplo de tus padres, es la que te enseña a ser un hombre responsable y enseñar con el ejemplo. Ser padre no es trabajar todo el día para llegar a casa y regalarle un ipad a su hijo. El ipad quizá es el regalo por sentirnos culpables de no poder estar con nuestros hijos, al igual que regalarle joyas a las esposas. Lo único que la familia necesita para ser feliz es que seamos hombres de verdad y regalemos amor.

Definitivamente suena fácil decirlo, ¿pero cómo lograrlo en una sociedad como esta, en la que si no tienes el último carro, si no tienes casa en la playa, si no tienes ipad, no eres nada? Esta nueva sociedad consumista nos está atacando, y como bien dicen en el vídeo, nos está convirtiendo en seres tremendamente individualistas. La pelea contra las “necesidades” que nos crea esta sociedad, el decir NO a las cosas que nos hacen daño, es justamente la pelea que tenemos que ganar los hombres. Y ser hombres de verdad es ser como Cristo: ¡es estar dispuesto a sacrificarse uno mismo por amor! Pero para eso definitivamente tenemos que entrenarnos, pues la verdadera pelea es con uno mismo, con el egoísmo que nos hace menos hombres. Tenemos que sacar adelante nuestro ser, el verdadero hombre que llevamos dentro, y entrenarlo para ser felices y hacer felices a otros con lo que más importa en esta vida: el amor.

Esta sociedad está contaminada de comodidades y de gente que lamentablemente pasó por muchos problemas familiares, y estas personas son las que en su mayoría están lejos de Dios. Por ejemplo, la principal amenaza del hombre para ser fiel a su mujer y su familia es la pornografía. Este “producto” dañino que se vende por Internet en realidad nos aleja completamente de nuestra responsabilidad de ser hombres de verdad: un verdadero hombre sabe controlar sus pensamientos y sus pasiones.

El video hace referencia a lo que pasó Jesús en el desierto. ¡Claro que eso es por lo que los hombres pasamos todos los días! ¡Tentación tras tentación tras tentación! Es difícil vencerlas, y por eso creo que no hay que ser cobardes y pedir ayuda.

Todos queremos ser felices, pero nadie sabe qué es ser feliz en esta sociedad cuando estas lejos de Dios. Muchos compran y compran, otros ven pornografía, otros son fanáticos del gimnasio, pero ninguno llega a ser realmente feliz hasta que no se ama así mismo con la ayuda de Dios. Uno debe amarse primero, conocerse, tener sus “40” días de entrenamiento recio, pedir ayuda a Dios y luego, recién entonces, ¡SALIR A LA BATALLA! “Todos podemos lograrlo, solo hay que estar cerca de Dios.”

Autor: Guillermo G., 25 años.

Fuente: La Opción V

 

La Opción V

OPCIÓN V

Somos una comunidad que cree que el Verdadero amor existe, y que es posible alcanzarlo mediante el ejercicio decidido de la Virtud de la castidad. Sabemos que no es fácil: es para Valientes, es para aquellos que tienen el Valor de oponerse a la presión social, a la presión de amigos y de familiares incluso.

Para nosotros la Virginidad no es una enfermedad ni una vergüenza, sino algo Verdaderamente precioso, un regalo que se entrega en el matrimonio religioso. Creemos en la segunda Virginidad, posible por el perdón de Dios.

Sabemos que no es fácil, pero que es posible. Nos comprometemos a luchar, y si en la lucha caemos, nos comprometemos a pedir perdón, a ponernos de pie nuevamente y a seguir luchando.

Confiamos en el triunfo definitivo del amor, que dura siempre. Estamos convencidos de que la Victoria es posible si nos educamos en la castidad. Nos comprometemos, finalmente, a ayudarnos entre nosotros para poder ayudar a otros, a acudir a Dios siempre para buscar en Él el perdón siempre que sea necesario, y las fuerzas para poder vivir la castidad día a día.

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