Por Carolina Requena

Hoy te quiero hablar de película La Cabaña y para poder comentarla con libertad te advierto que pueden haber partes en que te cuente un poco sobre la película así que doy el aviso de spoiler de una vez por si acaso prefieres no leer este comentario.

Es una cinta basada en un best seller que aborda la crisis de fe y la lucha contra Dios por la que atraviesa un padre de familia después de la desaparición y muerte de su pequeña hija que es secuestrada por un abusador de menores.

Como padres es muy difícil quedar indiferentes frente a una situación así y no sentir esa desesperación e impotencia por no saber dónde está y qué cosas terribles le pueden estar pasando. Uno quisiera en ese minuto poder intercambiarse con ese hijo.

Lo interesante de esta película, es que a partir de una situación tan trágica, “la gran tristeza” como le llama el relator de la película, surge una vuelta en la historia completamente distinta que ayuda a encontrar algo muy bueno y ver esta situación de una manera que no es evidente para la mayoría de las personas.

Es decir, ¿Es posible que un padre de una niña pequeña que ha sido abusada y asesinada puede siquiera considerar la posibilidad de perdonar al sujeto que cometió el crimen? Y también cómo este padre puede llegar verdaderamente a sanar su propia culpa de perder de vista a su hija y no haberla encontrarla a tiempo.

¿Existe ese tipo de perdón? ¿Es real? ¿Es posible frente a una situación que realmente parece imperdonable? ¿Es siquiera justo para el que lo sufre? Además, es tan humano el tener sentimientos de venganza o el ansiar que aquel que nos ha hecho daño también sufra…

Luego están los cuestionamientos que se hace el mismo protagonista ¿Es que Dios realmente siempre escucha nuestras necesidades o está ajeno a nuestros sufrimientos?

Y si Dios escucha, nos acompaña y está con nosotros en nuestros momentos de dolor ¿Por qué si nos ama no hace nada por impedirlos si es todopoderoso? ¿Acaso no se conmueve? Y si esa es su forma de amarnos ¿Qué tipo de padre amoroso es ese? ¿Por qué permite el dolor en el mundo? Son todos cuestionamientos válidos que muchos nos hemos hecho siendo o no creyentes.

Lo interesante de esta película es que cuando este padre ya está al límite y el dolor lo ha vuelto ciego al punto de perder el control, de forma inesperada comienza a encontrar poco a poco las respuestas en un camino espiritual de perdón y reconciliación que personalmente me pareció muy bien logrado.

Lo primero que descubrí y donde vi una luz nueva fue en la parte en que le piden que se convierta en el juez, que decida a cuál de sus hijos mandaría al cielo o cual al infierno. Evidentemente no puede tomar esa decisión y prefiere él entregar su vida para que ninguno de ellos sea condenado. Y es que frente a un dilema así ¿Existe otra salida?

Ahí me sorprendió cómo unen en la cinta ese argumento sobre cómo es Dios con todos sus hijos. Ama a cada uno y conoce sus historias y pecados, los cuales tienen consecuencias, pero también respeta profundamente su libertad de optar por el bien o por el mal y siempre los espera para que vuelvan arrepentidos. Un Dios que perdona y que es capaz de sacar algo bueno de una situación que parece no tener salida.

Lo segundo interesante de esta película es el argumento de un Dios que es Padre. Y tiene sentido, porque al ser parte de una familia no se puede descartar ni echar a nadie. Es la experiencia de una relación, una conversación entre amigos, de un vínculo de amor.

Finalmente destaco de la cinta cuando se muestra que a pesar de que la vida no puede estar ajena al dolor y al sufrimiento, se puede tener una visión más misericordiosa, pero para ello no basta la propia determinación sino que la persona debe dejarse acompañar por Dios porque con él la vida encuentra su sentido.

Creo que si nos cuesta perdonar o mirar a alguien con los ojos de Jesús, debemos pedirle fuerzas y dejar nuestra intención en las manos de nuestro Padre. Él se encargará de agrandar nuestro corazón, de entregarnos paz y de darnos la capacidad de perdonar.

© 2017 – Carolina Requena para el Centro de Estudios Católicos – CEC

Carolina Requena Durán

Carolina es periodista y se ha especializado sirviendo en diversas instituciones de Iglesia como la Conferencia Episcopal de Chile, Radio María y ACI Prensa.

Además fue corresponsal para Latinoamérica del canal EWTN donde estuvo a cargo de las coberturas en vivo de visitas papales.

Actualmente es Directora Editorial y de Contenidos del CEC (Centro de Estudios Católicos) y además es Directora y guionista de la serie de documentales www.tesorosdelpueblo.com

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