La palabra “Depresión” etimológicamente viene del latín: de (bajar) y premere (presionar), por lo cual significa  literalmente “presión baja” o “presionar firmemente hacia abajo”.

Este término es utilizado en la psicología para designar un trastorno o disturbio del humor, caracterizado por una tristeza profunda, sentimientos de desesperanza y baja autoestima. Este trastorno generalmente se manifiesta por medio de un conjunto de síntomas, como humor deprimido por mucho tiempo, disminución de interés y placer en diversas actividades, insomnio o hipersomnia casi todos los días, fatiga y pérdida de energía, capacidad disminuida para pensar o concentrarse, etc. Sabemos que estos síntomas no necesariamente se refieren a una persona que se siente infeliz con la vida, pero muchas veces sí están unidas. Entonces, ¿cómo saber cuando la tristeza o desesperanza ante la vida ya se trata de un problema real de depresión?

La diferencia queda clara en la actitud que vive la persona. Una cosa es la persona que no sabe qué es, o cómo vivir la felicidad y otra muy distinta, es la depresión, que dispone la persona a una situación de “cárcel” mental, en la que se busca la soledad y aislamiento de la familia y amigos. La depresión genera tal sensibilidad con la realidad, que la persona logra descubre profundamente la fragilidad de la vida. Hay una relación estrecha entre el trastorno de ansiedad y la depresión, pues muchas veces el cuadro de ansiedad excesivo llega a un estado ansioso depresivo. Cuando se posee este trastorno es muy importante buscar ayuda, un buen psiquiatra o psicoterapeuta. Obviamente, así entendido queda claro que se trata de una enfermedad y no simplemente alguien que no sabe, o no se esfuerza por ser feliz.

El tratamiento de este trastorno, no tiene que ser necesariamente por medio de medicamentos, pues, hoy en día, hay un abuso en la utilización de diazepánicos, los llamados ”tranquilizantes” o ansiolíticos, que pueden hasta deteriorar la salud física y mental. Puede buscarse, también, técnicas de meditación, o ejercicios físicos, ya que estos, al producir neurotransmisores, ayudan para la prevención de la depresión. Se debe buscar una síntesis, pues pensamos que solamente las pastillas nos traen una solución satisfactoria. Una síntesis que considere la medicación como importante en algunos casos, pero que aliado a otras técnicas de extrema importancia (meditación, relajamiento, actividades físicas), logre el suceso más adecuado y equilibrado del tratamiento. El “tratamiento” de una persona infeliz es algo que va a la actitud espiritual ante la vida. No es un desarreglo físico o químico de la persona. Puede tener síntomas muy parecidos, pero una persona, aunque sea infeliz, no necesariamente pierde las ganas de vivir, de luchar por sus metas personales. Más bien, la pregunta en esos casos debe ser: “lo que estoy haciendo, ¿me ayuda ser más feliz?”. Pero es verdad que muchas veces el tratamiento psicoterapéutico ayuda mucho a que la persona encuentre su camino de felicidad. Hoy día en la psicoterapia, se considera al enfoque humanístico-existencial, fundamental en los casos clínicos graves, como la depresión, pues las personas pierden el sentido de la vida y su valor.

Por último, es siempre importante recordar que, las personas que sufren estos trastornos son una unidad biológica, psicológica y espiritual. Una recomendación es que ellas mismas se miren como un ser integral y no con una visión desfigurada o negativa de sí mismos, del mundo y de los demás. Así mismo, los profesionales, – psiquiatras psicoterapeutas – antes de hacer diagnósticos y aconsejar terapias apropiadas, deben tener siempre esa visión integral y holística del enfermo, respetando el misterio que encierra el extremadamente importante interior de cada persona humana.

Dante Carrasco

Dante nació en Lima-Perú en 1983. Es miembro del Sodalicio de Vida Cristiana y vive en Brasil desde el 2008. Es Magister en Psicología y Bachiller en Administración. Realizó por algunos años estudios de Filosofía. Actualmente estudia el Diplomado de Antropología Cristiana de la Universidad San Pablo. Es miembro fundador de la Asociación Reconciliatio – Psicología Integral, en Brasil.
https://www.facebook.com/ReconciliatioPsi/

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