¿Cómo podemos descubrir el valor y dignidad de una mujer? ¿Acaso su apariencia física es la medida con la cual podemos descubrir el profundo valor que como personas humanas tienen? Qué triste es cuando una mujer se compara con actrices de películas, que parecieran tener un cuerpo perfecto ¿Cómo pueden vivir tan engañadas, creyendo que no serán valoradas o queridas por no tener esa belleza, meramente corporal.

El verdadero valor de una mujer se aprecia en algo mucho más profundo que su simple belleza corporal. Su cuerpo es tan sólo una dimensión muy superficial de toda su verdadera dignidad.

Aunque el mundo de las películas, la televisión, las series internacionales, novelas y carátulas de revistas nos hagan creer que las mujeres más valiosas son las que tienen un cuerpo perfecto, eso es una profunda mentira.

“Lo esencial es invisible a los ojos”, ya lo decía un sabio escritor francés, en la boca de un pequeño Principito. Sólo la mirada amorosa de Dios, puede mostrarnos el valor infinito que tiene cualquier mujer, independiente de la belleza de su cuerpo. Su belleza auténtica está en su corazón, en su interior. Si supiéramos qué significa ser “imagen y semejanza de Dios”, nunca dejaríamos de maravillarnos ante la presencia de cualquier mujer. Más allá de su apariencia física.

¿Cómo es posible que mujeres sufran y padezcan enfermedades graves, psicológicas, porque no están conformes con su aspecto físico? ¿Qué mentira les ha embotado el corazón? El mundo de la farándula pone tanta importancia en su aspecto físico, que, infelizmente, muchas mujeres viven una profunda mentira, olvidando quien es el único que puede mostrar su verdadero valor.

Dios, con su mirada profundamente espiritual, reconoce el corazón extremadamente hermoso y único que tiene cada mujer. No podemos seguir creyendo que el cuerpo sea lo más importante ¿Por qué vivir angustiadas por un kilo o dos kilos más de peso? Aprendamos a mirar con nuestros ojos del Espíritu, y aprender a ver la belleza única e irrepetible que tiene cada mujer.

Pablo Augusto Perazzo

Pablo nació en Sao Paulo (Brasil), en el año 1976. Vive en el Perú desde 1995. Es licenciado en filosofía y Magister en educación. Actualmente dicta clases de filosofía en el Seminario Arquidiocesano de Piura.
Regularmente escribe artículos de opinión y es colaborador del periódico “El Tiempo” de Piura y de la revista "Vive" de Ecuador. Ha publicado en agosto de 2016 el libro llamado: “Yo también quiero ser feliz”, de la editorial Columba.

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