Amar es, amar no es. Muchas frases hemos escuchado por ahí, que nos hablan de lo que implica el amor. Amar es no tener que pedir perdón, amar es olvidar. Qué sé yo. Cuántas cosas que por ahí se han dicho y se dicen muchas veces.
A lo largo de mi carrera como terapeuta, a lo largo de mi vida como hombre, como esposo, como padre, he descubierto que uno de los procesos donde amamos, tal vez con mayor intensidad, es aquel en donde paradójicamente decimos: “no”.
Cuántas veces, frente al hijo que nos pide, frente a la mujer o al hombre que nos pide o nos llama, nos reclama, decimos sí por complacer o simplemente por dejar pasar o por evitar problemas. Creemos que estamos amando, cuando en verdad lo que estamos haciendo es mucho daño.
Si tú amas, entonces tendrás que aprender a decir que no. Si nunca dices no, si la mayoría de veces te gana el sí, si no sabes cómo decirle no, no quiero, no estás amando.
Es más, una verdadera prueba de amor es: “¿Sabes qué? Mi vida, corazón de mi alma, ¿sabes qué? No, no mi amor, no es bueno por ti, no es bueno para mí. No podría serlo, ¿sabes por qué? Porque sé que esto te va a hacer daño”.
“Tal vez, me sería más fácil decirte que sí pero, no, es mi manera de amarte hoy más que nunca. Me duele decirte que no, pero sé que es lo mejor para ti y, por lo tanto, para mí, porque te amo”.
Doctor ricarte soy su admiradora lo segui desde que estaba en rpp con la doctora lupe maestre dos grandes terapeuta ahora me encuentro vivirndo en españa desde aqui trato de seguirlo por facebook.le mando un fuerte abrazo que dios me lo bendiga siempre.